lunes, 16 de mayo de 2011

El barco de ciruelo.

Mi abuelito compró un barquito 
de madera de ciruelo.
Duerme en el río
donde se esconde del cielo.




El barquitono tiene motor 
ni vela, ni marinero.
Lo empujan olas de espumas
como alegres romeros.





A ese barquito no le gusta 
pasear, por ríos ni por lagos,
da vueltas y vueltas
y ya no puede más.







Las nubes del cielo,
ya no se escondan más,
que al pobre barquito 
lo van a marear.




 Carla 6ºB

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