lunes, 1 de noviembre de 2010

Margarita curso 2010/11

Había una vez una niña llamada Margarita,tenía 9 años y vivía en una gran mansión con sus padres en la capital de España. Los padres Manolo y Carmen eran muy conocidos, cada vez que salían a la calle iban saludando a gente.

Margarita era alta, delgada, muy guapa, de ojos claros y cabello moreno. La cara alargada y la nariz chata. Ella era simpática, graciosa, juguetona, razonable y muy pero que muy curiosa le encantaba curiosear todas las cosas de sus compañeros del colegio, las cosas de sus padres, las cosas de todo el mundo al que conocía, claro. Y eso le alejaba de todos los chicos y chicas del colegio.

Un día Margarita por tanto curiosear encontró algo ¡era un mapa del tesoro! El mapa tenía de todo, una rosa  de los vientos, la equis que marcaba donde estaba... Ese mapa lo encontró en la habitación de sus padres exactamente en el armario al fondo en una pequeña cajita . Esa cajita nunca la había abierto porque estaba tan bien guardada que le daba miedo de que fuera un regalo, a ella no le gustaba saber lo que le iban a regalar a ella o a alguien. Pero en ese momento la invadió la curiosidad y la abrió.  No sabía si cogerlo y buscar el tesoro o no cogerlo. Pero por su curiosidad lo cogió y empezó a buscarlo en ese mismo momento.

La búsqueda empezaba desde la habitación de sus padres, así que contó los pasos y llegó hasta la entrada principal. El mapa le indicaba que saliera a la calle y como estaba sola cogió una chaqueta, las llaves de la casa y salió en busca del tesoro. Ya se estaba haciendo de noche pero Margarita siguió buscando el tesoro. A la hora de cenar, no cenó, continuó buscando el tesoro. Cuando ya eran las once de la noche, al no ver el mapa, se acostó a los pies de una casapuerta.

Al día siguiente, con mucha, mucha suerte se encontró un billete de cincuenta euros y con eso tuvo para el desayuno, el almuerzo y la cena. Ya por la tarde se encontró a un chico que parecía triste, y ella como era muy curiosa habló con él. Le explicó todo lo del mapa y le dijo si quería apuntarse a la aventura, el chico muy contento dijo que sí. Él se llamaba Carlos.

Al pasar tres días, teniendo otra vez mucha suerte, porque cada día tenían algo de dinero, encontraron el lugar. Tenían que dar un solo paso para estar justamente en el sitio. Pero para llegar ahí se iban a enfadar con ellos. Estaban en una tienda de chuches y la equis estaba detrás del mostrador.

Probaron a decirle todo a los dueños del local, curiosamente les creyeron, porque eran ellos quienes les habían enviado por correo el mapa. Sus padres no estaban preocupados, porque conocían todo, pero les siguieron. Por fin llegaron a la equis, el dueño pulso un botón y salió un tobogán por donde se tiraron los niños  y llegaron a un lugar donde estaba todo hecho de chuches.

Cuando hablaron con sus padres y se entendió todo, todos los días Carlos y Margarita fueron a la tienda para divertirse y  comer algunas chucherías , como también había un parque pues ahí jugaban. Los niños del colegio cuando se enteraron empezaron a ser sus amigos y Margarita  les dijo a los niños una frase: “Veis, no es tan malo tener una amiga curiosa.”


Laura 6ºB

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